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Cambiaron los vientos. Ajustemos las velas

Creo que dentro de cada uno de nosotros hoy se produce una gran ambivalencia. Por un lado, nos parece que esto de la Covid-19 empezó ayer o a lo sumo el mes pasado y, por otro, cuando vemos que dentro de muy poco cumpli

remos un año con el virus como acompañante en prácticamente todos nuestros actos y como modificador de hábitos y realidades. Al principio de todo esto hubo una gran emocionalidad en las empresas. Se mezclaba el miedo, especialmente al ser portador y contagiar a los seres queridos y a los no queridos, y valga el juego de palabras, aunque sin quererlo. Como todo era incertidumbre, faltaba lo esencial para la protección e incluso por semanas no sabíamos ni cómo protegernos, pero el lema era resistir (por piedad no pondremos a sonar la canción). En muchos sectores hasta se descubrió el sentido del trabajo que uno hacía y cuál era su importancia para las personas, el barrio, la comunidad, etc. Eso fue muy bueno pero muy frágil; el trabajo tenía, junto con las muchas horas que pasábamos en él, un significado, un sentido e incluso los clientes nos lo reconocían y la sociedad nos aplaudía a diario. Todo funcionaba de una manera heroica, heroicamente no subíamos al bus para ir a trabajar, hacíamos nuestra tarea y lo hacíamos más allá del cumplimiento de nuestro deber, nos sobre esforzábamos otra vez heroicamente, por lealtad al equipo y veíamos los esfuerzos que nuestros jefes y empresas hacían por protegernos como un elemento aglutinante de nuestra cultura empresarial… agradecíamos y admirábamos por igual, especialmente a los compis que les tocaba estar en contacto con el público, algunos se ponían heroicamente a su lado y otros los apoyaban heroicamente desde los servicios centrales, sin que ello significara menos esfuerzo o riesgo. Pero los vientos están cambiando… ahora ya sabemos o creemos saber, como cuidarnos del contagio, los elementos de protección no faltan, estamos abandonando la etapa heroica para entrar en una etapa distinta, la racional, dónde comenzamos a cuestionar si lo que se está haciendo es lo correcto, si es bueno volver a clases, si los gobiernos saben que hacer y además a pesar de saberlo, lo hacen y aseguran su cumplimiento, si las medidas que tomamos en las compañías son las adecuadas y así un largo etcétera. 

Aquellos equipos de resultados sorprendentes, en lo que todos daban lo mejor de sí mismos, que eran una verdadera piña (hubiéramos aceptado gustosamente hacer y cumplir alguna promesa a los Dioses porque aquello siguiera eternamente) pero no … lentamente están volviendo a su desigual normalidad. Los unos vuelven a ser los unos, y los otros también. Analizando esto desde el punto de vista del liderazgo, implica un cambio de estilo en el líder o en los referentes, ya no podemos liderar “heroicamente a héroes” si no que tal vez llega el momento de reforzar normas, estándares de desempeño, procesos y procedimientos. En materia de protección, todo lo que es humanamente conocido que podemos hacer se está haciendo, no es posible que se planteen cuestiones allí. En cuanto al resto, ¿no creen que es un buen momento para recordarles a nuestros equipos nuestras expectativas, es decir que esperamos que ellos hagan y de que manera y les hagamos ver el rol de cada uno en “La Remontada”?  

Están cambiando los vientos, hora de ajustar las velas.

Está cambiando el contexto, hora de cambiar de estilo de liderazgo.

Roberto Angrehs

www.linkedin.com/in/robertoangrehs

Viendo lo POSITIVO de esta situación

Aquí tienes el post también contado en vídeo…¡disfrútalo!: 

Con seguridad, muchos de nosotros sentimos que estamos inmersos en una película y nos está costando ver esta situación como “algo real” que está ocurriendo. Y es comprensible, ahora más que nunca pienso que “la realidad supera a la ficción”. Sin embargo, a pensar de todos los sentimientos encontrados, si nos ponemos con una actitud positiva, no hay mejor momento que éste para poner en práctica todo lo que nuestro amigo Viktor Frankl nos enseñó, podemos encontrar algunas cosas “buenas” que esta dura situación nos ha brindado y que además, nos ayudarán a mirar este futuro, cada vez más cercano, con un punto de vista diferente. Aquí te dejo una lista de algunas “cosas positivas” que he rescatado de estos momentos: 

1. El ingenio y la creatividad se vuelve a agudizar. Recordáis la crisis que comenzó en 2008, de hecho, estamos ahora saliendo aún de ella, donde las personas fuimos más que originales, nacieron empleos desconocidos, nuevas aplicaciones, la digitalización también ayudó en aquellos momentos porque reducía costes en muchos casos. En conclusión, el ser humano tiene la capacidad de adaptarse a lo que le acontezca y despliega todo su arsenal de creatividad con la intención de seguir hacia adelante. 

2. Siguiendo con el punto anterior, esta situación nos saca de nuevo de nuestra ya famosa “zona de confort” y nos hace dar un paso más, ir un poco más lejos para buscar alternativas a cosas que antes ni nos las hubiéramos imaginado. Por ejemplo, ¿cuántas empresas están ahora teletrabajando cuando hace no más de unas semanas lo veían como algo imposible? 

3. La solidaridad del ser humano se incrementa. Cuando algo ocurre, somos capaces de unirnos y dar lo mejor de nosotros mismos por el bien común. Y es unidos, sin duda, cuando somos muchos más fuertes. 

4. Hay muchas cosas cotidianas que son maravillosas y que no valoramos, pero ahora, cuando esta situación pase, te animo a poner en valor las pequeñas cosas que tiene nuestro día a día. Por ejemplo, el salir a tomar algo con los amigos, a pasear, o simplemente, a comprar sin prisas… 

5. De alguna manera la reducción en emisión de dióxido de carbono tiene que ser plausible. Apenas hay coches por las calles, y eso redunda es el bienestar general, en nuestra salud y en la mejora del medio ambiente. ¡Esto es muy positivo! 

6. ¿Te has dado cuenta también con la cantidad de cosas menos que podemos vivir?, es más, y sin todo el ocio que hacíamos. ¡Increíble pero cierto! Está claro que queremos que vuelta, y volverá, pero mientras tanto, nos arreglamos sin ello… esto debería hacernos reflexionar, ¿no crees? 

7. Estamos haciendo cosas que tendemos a procrastinar, es decir, estamos pudiendo hacer muchas cosas para las que nunca encontrábamos el momento adecuado. 

8. Nos estamos dando cuenta de lo fuertes que podemos llegar a ser emocionalmente. Hace unos meses, alguien nos dice que vamos a tener que vivir esto que no está pasando y habríamos dicho algo como: «imposible, yo no aguantaría». Pues mira si aguantas, que además eres capaz, somos capaces, de llevarlo con una sonrisa, energía, fuerza y optimismo. 

Justo ahora, cuando el final del túnel se vislumbra, aunque aún quizás lejos, es momento de replantearnos muchas cosas. Cosas que con seguridad nos ayudarán a ver la vida diferente a partir de ahora, y por qué no, a actuar también de diferente manera, sabiendo mucho mejor priorizar y dándole a cada cosa la importancia que realmente merece.  

Para finalizar este post, una frase Og Mandino que nos hace reflexionar…:

“Da siempre lo mejor que tienes. Lo que plantes ahora, lo cosecharás más tarde.”

Cristina González Manzano

www.linkedin.com/in/cristinagonzalezmanzano