Desarrollando mis HABILIDADES
Sobre qué hablamos:
- Cómo desarrollar habilidades (soft skills)
- El poder de la sonrisa
También en nuestro canal de youtube: https://www.youtube.com/watch?v=hMgu9hXp-C4
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Cada uno entiende la felicidad de diferentes formas. Para unos, la felicidad es tener mucho dinero para comprarse todos los caprichos que desea, para otros es tener salud, para otros tener amor, para otros tener una familia numerosa, etc. Sin embargo, lo que todas estas formas de felicidad tienen en común es el concepto, el concepto de sonreír cada día y disfrutar de la vida sin importar la forma en que seamos felices.
En la felicidad influyen directamente los pensamientos. Existen diferentes clasificaciones de pensamientos, sin embargo, vamos a centrarnos en una muy sencilla y clarificadora.
Diferenciamos los pensamientos en 4: los necesarios, los positivos, los inútiles y los negativos. Los necesarios son los que tenemos en el día a día como “¿qué desayuno hoy?” “¿qué hago después del trabajo”. Los positivos son los que nos ayudan a salir de situaciones difíciles. Esto no significa que dejemos de ver con claridad sino que somos capaces de ver la “mejor cara” de lo que nos ha sucedido. Por otro lado están los pensamientos inútiles, éstos no son ni constructivos ni negativos, aunque es cierto que aminoran nuestras fuerzas si son continuos.
Además, tienen la característica de que son pensamientos del pasado y del futuro pero no se centran en el presente. Por ejemplo “¿por qué no lo hice…? ¿Qué haré cuando…?”. Y por último están los pensamientos negativos. Éstos son los más perjudiciales, tanto para nosotros mismos como para la gente que nos rodea. Estos pensamientos se basan en el rencor, la ira, celos, insatisfacciones… y son nuestros mayores saboteadores.
En esta vida tenemos que ser felices haciendo lo que realmente nos gusta o apasiona, y cómo trabajar es necesario para vivir, qué mejor que “intentar” (y lo pongo entre comillas porque no se trata de intentar sino de hacer) formarse para desarrollar la profesión con la que nos sintamos felices.
Un profesor que tuve de física y química en el instituto, siempre nos decía: “si quieres ser carpintero, ¡estupendo!, pero quiere ser el mejor carpintero del mundo, esfuérzate por hacerlo cada día mejor, por aprender las nuevas técnicas, busca crecer…” Esta frase se me quedó grabada. La misión era descubrir dónde quería llegar y luego, luchar por ese sueño.
Ahora, muchos pensaréis cosas como: “claro, pero según está el mercado, a mí me encantaría, pero no me contratan de lo que me gustaría…”. Y sí, estoy de acuerdo, en muchos casos las personas no tienen las oportunidades que merecen. No obstante, si nos empeñamos en algo y luchamos por conseguirlo día tras día y año tras año, lo conseguiremos. Y esto nadie me lo quitará de la cabeza, porque nadie dijo que esto fuera fácil pero tampoco nadie dijo que fuera imposible. Que lloraremos, sí, que echaremos pestes por la boca en muchos momentos, quizás, pero lo más importante, ser positivos e insistir sin cesar hasta conseguirlo. Y para ello… un PLAN DE ACCIÓN, no hay objetivos logrados sin esto.
Son muchas las veces que nos preguntáis a los reclutadores qué buscamos, y la respuesta es siempre la misma “depende de lo que la empresa pida, de cómo sea el responsable, el jefe, la cultura, etc”. Vamos a explicar esto bien.
Hay una serie de habilidades que generalmente son requeridas por todos los reclutadores/empresas, mientras que hay otras que dependen en mayor medida de la empresa, su cultura, sus valores y también del superior que la persona contratada vaya a tener. Veámoslo con un ejemplo. Si una empresa de origen americano (como sabéis son empresas con una mentalidad bastante abierta y muy focalizadas en los objetivos y resultados) contrata a una persona y el jefe de ésta es inclusivo, valora las aportaciones de las personas de su equipo, es capaz de lograr cohesión y un buen funcionamiento del grupo, lo más probable es que busque una persona proactiva, con iniciativa, resolutiva, que sepa trabajar bien en equipo, tenga buena capacidad de comunicación y se enfoque en los objetivos marcados. Por el contrario, si una empresa más conservadora, donde los directivos son más autoritarios y no se utiliza tanto la aceptación de sugerencias por parte de los empleados, es posible que para esta empresa un reclutador tenga que buscar a una persona no tan proactiva como en el caso anterior, que acate fácilmente las órdenes de un superior, que sea organizada y planificada para cuando le solicite algo su jefe fácilmente se lo pueda dar, etc.
Está claro, en este último tipo de empresa las nuevas generaciones poca cabida tienen. De ahí que en muchas ocasiones exista una alta rotación de personal en estas organizaciones, por ejemplo, en puesto de IT (tecnología), ya que los empleados de esta área suelen ser bastante jóvenes.